El Palacio de Cristal.

Ahora mismo, no se muy bien dónde me encuentro. Tal vez sea el cielo, o el infierno, no lo se. Aún tengo visible en mis pensamientos, la última escena de mi vida, mejor dicho, la escena de mi violenta muerte. Fue en el bosque, dónde he vivido plácidamente durante toda mi existencía. Simplemente, no me lo esperaba; Llegó aquél hombre rudo y sucio, con un hacha afilada, y la emprendió a hachazos conmigo...yo estaba tan asustado, que no fui capaz de defenderme, aunque bueno, tampoco podría haber hecho mucho, pues el combate de por sí, era ya injusto, muy injusto. Despues de recibir, el golpe que me dejó tendido en el suelo, llegó la temida calma del moribundo y todo desapareció de una manera siniestramente apacible...hasta que desperté aquí. No se lo que es, pero tengo el cuerpo, recubierto de una sensación pegajosa, y hace frío, mucho frío. Sin embargo, este sitio es muy bello, pues los cristales que me rodean, son transparentes y de una forma extraña, lo que hace que se produzca, un juego de luces e ilusiones ópticas, de belleza inestimable. No me siento aprisionado, por lo que esto, no es ningún tipo de cárcel de otro mundo, aunque hay algo, que hace esta situación penosa, que es el frío, y una extraña sensación pegajosa y húmeda. Supongo que lo de la pequeñez, es un efecto visual, pues por lo que veo y por sus dimensiones, si mal no recuerdo las mías, esto debe de ser una catedral o un palacio, hecho del cristal más fino y bello, que se haya podido ver jamás. Pero espera, ahora lo entiendo, por fin puedo recordar todo lo que ha sucedido....no he muerto, sólo me he transformado...o quién sabe, de alguna manera, he dejado de vivir. No te he dicho antes, que yo era un árbol, un árbol grande y bello en el bosque. El leñador, taló mi tronco y vendió mi madera a una fábrica de papel y por lo que puedo comprobar, me tocó en suerte ser un pañuelo, de esos de sonarse los mocos. Despues de todo el proceso de envasado y venta a diversos mayoristas, alguien me compró, y estando de botellón en un parque, se sonó los mocos, y me dejó entre unos cristales rotos...así que eso es lo que soy ahora; un árbol convertido en un pañuelo usado, tirado entre los restos de una botella...o no, tu decides: O un kleenex sucio entre basura, o un alma difunta en un bello palacio de cristal...todo es cuestión de enfoques...

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Dedicado a todas las personas, que de una manera real, contribuyen a que este planeta no se convierta en un inmenso vertedero...al que se dedica a enguarrarlo, incluyendo el parque que más cerca le pilla de casa, paso de dedicarle ni una linea. Hasta el siguiente relato. Salud y Rock and Roll para todos/as.