El Cementerio de Tubos

Era algo,que sólo se podía haber llevado a cabo en la época del pasado en la que se hizo,porque al día de hoy,al haber un mayor control sobre el impacto natural en lo que llamán,"Paises Civilizados",hubiera sido algo prohibido,o si no,criticado y boicoteado. Estoy hablando de un cementerio de chatarra situado en pleno bosque,en el que el correr de los años había dejado allí reposando tuberías,electrodomésticos,mobiliario urbano,estructuras metálicas diversas y un barco oxidado que nadie sabía con exactitud porque había terminado allí, porque la zona costera más próxima estaba a cientos de kilómetros.El chatarrero en cuestión,pertenecía al ayuntamiento de una localidad cercana y el olvido del mismo por parte de la burocracia había hecho que al final, se terminara ocupando de él,el hijo de quién lo cuidó desde el día de su apertura hasta el día en que murió,haciendo que Andrés (que así se llamaba el hijo del primer guardian del chatarrero),todavía pudiera seguir alimentándose del sueldo que pertenecía a su padre.Andrés,era alguien afable pero solitario,ya que la vida en el bosque le había hecho así,a lo que hay que añadir,que desde que hacía un tiempo nadie traía chatarra alguna a aquél sitio,por lo cual,sólo tenía contacto con la gente cuando iba a comprar cosas básicas a la ciudad,lo que le había convertido en alguien más encerrado en su propio mundo todavía.Y es que Andrés,se sentía feliz con su vida,en la que era muy importante, aquel paraje con una belleza extraña más bien propia de un cuento de H.P Lovecraft,en el cual las grotescas formas de la chatarra,y el sonido que producía el viento al romper contra ella,tenían asignado el papel principal.La razón de el amor que sentía Andrés por aquel lugar y en especial,por el sonido que en los días de viento reinaba en toda su extensión,era porque este sonido era música,y no música en sentido figurado o metafórico,si no en un sentido real,pues,la sirena del barco que allí se encontraba,podía tocar la melodía de una vieja canción ya olvidada,haciendo un sonido que se parecía al de un saxofón.Los caprichos de la corrosión y el óxido,habían permitido que un viento fuerte pudiera colarse en el sistema hidráulico de la sirena haciendo sonar dicha melodía,haciendo así que el paisaje que nos ocupa tuviera una voz principal.Unos tubos enormes y visibles desde lejos (los que le hicieron ganarse el sobrenombre de "El Cementerio de Tubos" al chatarrero),hacían un sonido grave,que bien pudiera pasar por la voz del bajo,a la par que tuberías más pequeñas y chatarras diversas,producían acordes aleatorios y tenues que completaban la armonía,siendo unas viejas veletas y sonido de los árboles del bosque circundante,los que hacían la percusión.
Todo esto,lo podía escuchar Andrés en su reino particular y por eso se reía siempre que oía comentar a alguien,que el viento trae lo locura,cuando precisamente,el viento era una de las principales razones para vivir que tenía.Tal vez penseis,que Andrés siempre escuchaba la misma canción y no es así,ya que para empezar,el sistema hidráulico de la sirena,podía ir hacía delante o hacía detrás,según fuera la dirección del viento,así que de primeras ya se podían escuchar dos melodías distintas.Despues,hay que añadir,que la velocidad del viento imprimía pequeñas variaciones en la afinación de dicha melodía (sin ser más de un cuarto de tono),que Andrés, era capaz de distinguir y de apreciar.Esas variaciones se hacían más palpables en los sonidos que hacían la armonía,porque no sólo les afectaban las variaciones de velocidad y dirección del viento que tan importantes eran en la melodía,si no que además,debido a que el viento podía mover de sitio algunos de los objetos que por allí reposaban,las notas de los acordes también podían cambiar,siendo algunos días consonantes y otros días disonantes,aunque igualmente bellas para el oído de Andrés,el cual,cómo ya hemos sugerido antes,era capaz de distinguir la menor variación en la música del cementerio,haciendo que nunca se cansara de escucharla y que siempre encontrara un nuevo matiz en ella,porque aunque no lo parezca a simple vista,nadie puede tocar dos veces exactamente igual una canción,a menos de que el intérprete sea un ordenador.¡Ah!,se me olvidaba: Las variaciones que afectaban a melodía y armonía también eran aplicables a la percusión,que a veces casaba con el resto de la música y otras veces era arrítmica,aunque no olvidemos,que cómo el resto de la música era igualmente bella en todos sus estados.
Sin embargo,aquel reino de naturaleza,óxido,música y soledad,no iba a durar mucho tiempo,pues al igual que durante largos años,la burocracia del lugar pasó por alto aquél cementerio,llegó un día en el que un funcionario se jubiló,siendo reemplazado por otro más joven y con ganas de hacer los deberes,el cual actualizando las tareas pendientes de su predecesor,se percató de la existencia del lugar que nos ocupa,empezando así,los tramites para su desmantelamiento e iniciando una causa penal contra Andrés,que según la ley,estaba estafando al estado.Dicho y hecho,al poco tiempo de que fueran a merodear por allí varios empleados del ayuntamiento,para comprobar que allí ocurría eso que decían los papeles,aparecieron por allí las grúas y los camiones para llevarse la chatarra,al igual que también aparecieron un par de policías para detener a Andrés.Sin embargo,dentro de la desgracia,Andrés tuvo suerte y no fue encarcelado,pues porque cuando le llevaron al cuartel y vieron que sollozando cómo un niño,repetía una y otra vez,que el necesitaba esos tubos y esa música,le tomaron por loco y se lo llevaron al hospital.Allí,le dieron unos cuantos tranquilizantes y al día siguiente le dijeron,que podía volver a su casa del bosque,pero que se pasara por la consulta de su médico de cabecera,que ya le diría lo que tenía que hacer.También le dijeron,que cómo estaban en época de elecciones,el alcalde le había ofrecido un puesto de trabajo cómo auxiliar de jardinería "en un acto de conciliación,respeto,integración y solidaridad",lo que traducido al castellano viene a ser algo así cómo:"Vamos a darles un trabajillo a los pobres locos,que así quedo bien delante de todo el mundo,y de paso me votan".
Andrés,volvió a su bosque y se sintió que le faltaba el aire,ni un sonido,ni un eco,ni un mínimo soplido de viento,nada.Así que,siendo consciente de que las cosas habían cambiado sin remedio y que había que acostumbrarse,reunió fuerzas cómo para entrar en su casa,y tratar de seguir su vida "normal",si es que ese adjetivo en el fondo tiene algún significado.
Los días fueron pasando,y para Andrés,su nuevo trabajo era un suplicio,no sólo porque tenía que estar continuamente cargando sacos y tostándose por el sol,si no por que el resto de gente "a la que había que integrar socialmente",le miraba raro por pasarse el día tarareando una especie de melodía desafinada (tal cómo sonaba en la sirena del barco oxidado)y porque sólo sonreía cuando soplaba el viento.Para colmo,un retrasado mental al que le daban frecuentes ataques de ira,trataba de agredirle constantemente,lo que hacía su jornada laboral y su vida en general aún más penosa.
Llegó un momento en que no aguantó más y un día de mucho viento,sintió que tenía que ir hacía la cumbre de una montaña próxima.Caminó por senderos abruptos hasta que le sangraron los pies,y una vez que llegó a su meta,se sentó en una piedra a esperar y a escuchar el viento,en el cual parecía intuir la música de su añorado cementerio.Al cabo de unos minutos,horas o cualquiera sabe que unidad de tiempo (porque en el fondo todo tiempo es relativo),supo que había llegado la hora y que tendría caminar hacía el borde de la cima,cosa que hizo de manera lenta e inexorable.Una vez al borde del abismo,cerró los ojos,entonó aquella melodía desafinada por última vez y saltó...y en su caída sintió el viento,escuchó la música y se fundió con ella...
Nunca encontraron su cuerpo porque no murió...se convirtió en notas musicales,se convirtió en aire...si cierras los ojos y lo deseas,tal vez puedas escucharle...